Como directores de nuestros proyectos emprendedores tenemos que tomar decisiones a todas horas, y en muchos casos, no solemos contar con un equipo para consultar. El riesgo y la incertidumbre son parte de nuestro ejercicio y, queramos o no, hay que aprender a gestionarlos.
Pero a veces, la duda y el miedo nos juegan malas pasadas.
Si no tenemos una ruta marcada donde la decisión está planificada, la necesidad de mantener una imagen de excelencia y perfección nos puede paralizar.
Llegamos a posponer el lanzamiento de un nuevo producto o servicio y seguimos haciendo cursos, cambiando el diseño de la web, informándonos sobre normativas diferentes, sin decidir y establecer una programación que nos guíe. Creemos que todo ello va a hacer que tengamos éxito, aunque en realidad, sólo retrasa las acciones y también los resultados.
En el fondo nos da miedo que el proyecto no funcione o que fracase.
Si bien es cierto que un buen análisis del proyecto que estamos desarrollando nos lleva a reducir errores, es mejor que el proyecto llegue a un nivel aceptable de calidad y que luego lo vayamos mejorando poco a poco.

El miedo al fracaso también te puede llevar a dudar del propósito de tu proyecto, de lo que sabes, incluso de ti mismo, algo devastador. Y para evitar ese fracaso “hipotético” recurrimos a la indecisión y ésta te paraliza, te quita energía y no te deja avanzar.
Pierdes tiempo y también dinero, porque cuando no decides también estás decidiendo (no decidir) y no obtienes los resultados que deseas.
Te lo digo por experiencia propia, porque durante mucho tiempo anduve con la pesada mochila de la indecisión.
A continuación te traído algunas herramientas para ayudarte en la toma de decisión y que a mí me funcionan:
- Liberarte de la necesidad de ser perfecto.
Ya conoces la expresión “Progreso, no perfección”. Hay muchas formas posibles de hacer las cosas y de llegar a esa imagen de excelencia. Lo más importante es la mejora continua.
- Ser creativo y buscar más opciones.
A veces tenemos que decidir entre dos opciones, entre A y B, pero ninguna nos convence y nos crea un dilema. Haz una lluvia de ideas y crea otras opciones. Lo mismo la mejor solución es una combinación entre varias.
- Pedir ayuda y/o asesorarte.
Como emprendedor hay muchas veces que trabajamos solos y es muy recomendable establecer contactos que nos aporten soluciones y complementen nuestra actividad.
También debemos ser honestos y aceptar que no sabemos de todo. Hoy en día hay mucha información tanto en libros como en internet. Aunque para temas estratégicos pide consejo a un técnico o experto, déjate asesorar porque en definitiva te ahorrarás tiempo y esfuerzo.
Así que ahora pasa a la acción.
Recuerda que incluso cuando no tomamos decisiones la estamos tomando. Lo importantes es que estés en movimiento y busques siempre avanzar en tu proyecto.
Si estás en la primera fase de tu emprendimiento esto te puede interesar. ¿Quieres hacer crecer tu proyecto más rápido?

Cuando estaba empezando yo lo buscaba. Por eso he creado un taller intensivo de tres horas presenciales: “Crecimiento y Reinvención Profesional” para ayudarte en cuestiones sobre cómo desarrollar el blogging en tu estrategia de comunicación, dudas acerca de crear marca personal, o sobre posicionamiento. Aquí te dejo toda la información.